El incremento de casos de COvid-19 en Tokio alcanzó su punto más alto en dos meses, por lo que el gobierno nipón se encuentra a punto de emitir un nuevo estado de emergencia a partir de la próxima semana y se preveé que continúe durante los Juegos Olímpicos de Tokio.

El presidente del COI, Thomas Bach, tiene previsto llegar a Tokio el jueves y cumplirá con una cuarentena de tres días en el hotel del Comité Olímpico Internacional de la capital.

Un nuevo estado de emergencia impediría que hasta los propios japoneses puedan acudir a las competencias. La decisión sobre si se permiten o no espectadores se tomaría el viernes, cuando los organizadores locales se reúnan con el COI y otras entidades.

El cuasi estado de emergencia que rige actualmente debe culminar el domingo.

Tokio reportó 920 nuevos caso el miércoles, en alza con respecto a los 714 del pasado miércoles. Se trata de la mayor cantidad desde los mil 10 del 13 de mayo.

De declararse estado de emergencia, este se alargaría hasta el 22 de agosto, las olimpiadas terminan el 8 agosto, por lo que están justo en medio de esta crisis pandémica.

Los espectadores extranjeros fueron vetados hace varios meses atrás. Pero dos semanas atrás, se anunció que las sedes podrían tener una capacidad máxima de 50%, con un techo de 10 mil espectadores.

Los Juegos han seguido adelante, haciendo caso omiso de las recomendaciones de los expertos sanitarios. La insistencia obedece en buena medida a que el aplazamiento de las justas afectó los ingresos del COI. Casi el 75% de lo que el COI factura entra por la venta de los derechos audiovisuales y se calcula que perderían entre 3 mil y 4 mil millones de dólares con una cancelación.

En todo el país, Japón acumula 810 mil casos y casi 14 mil 900 decesos.

Apenas el 15% de los japoneses se han vacunado completamente, muy por debajo del 47.4% en Estados Unidos y casi 50% en Gran Bretaña.

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